¡Hola! Somos Alexandra y Gina, y queremos contarles cómo comenzó todo… cuando algo más terminó
¿Qué se terminó? Una etapa en la que nos formamos como terapeutas, donde adquirimos conocimientos, fortalecimos nuestras capacidades y transformamos nuestras vidas. Fue una historia que, al escribirla, nos permitió ganar reconocimiento y prestigio: una etapa de 14 años llamada INFINIDAD.


Pero… ¿Qué es INFINIDAD?


Nuestras almas tuvieron su primer encuentro en esta encarnación en un centro de terapias espirituales en Cali, Colombia, en el año 2010. La atracción y la empatía fueron inmediatas, aunque en ese momento no éramos conscientes de la magnitud de la historia compartida en vidas pasadas a lo largo de nuestra existencia.
En 2014, un grupo de mujeres decidimos unirnos bajo el nombre de INFINIDAD, con la intención de crecer, entender y evolucionar la dualidad. Compartíamos el deseo de recordar quiénes somos como almas y de darle un sentido más profundo a nuestra vida, más allá de lo físico.
La mayor parte del tiempo fuimos tres. Pero antes de consolidarnos así, fuimos cuatro durante un par de años: Diana, Lirca, Alexandra y Gina. Todas compartíamos la curiosidad de transmitir lo aprendido en nuestro camino espiritual. Cada una tenía dones que quería aplicar y sanar en su vida personal. Nos unió la TRE (Terapia de Respuesta Espiritual), que comenzamos a practicar en su forma original hasta sentir que podíamos integrar nuevas ideas y enfoques. Así fuimos creando una nueva técnica para interpretar la información y afinar el sentir.
La utilizábamos para apoyarnos en lo que cada una vivía en ese momento. Era poderoso reunirnos las cuatro. Todo surgía de manera natural, sin proponérnoslo. Fue una etapa de mucho ensayo y error, en la que descubrimos talentos, aprendimos a descifrar la guía del Yo Superior/Fuente y aplicamos lo que aprendíamos a nuestras familias. Nos empoderamos en una misma dirección y comprobamos que trabajar al unísono era posible y transformador.
En aquel entonces cada una tenía un trabajo tradicional, distinto al de terapeuta. Sin embargo, a medida que nos íbamos acoplando, nos encontrábamos más seguido. No había pagos entre nosotras ni cobros a nuestras familias; simplemente nos nacía profundizar en la técnica y descubrir más.


La terapia que consolidamos se llamó “13 cuerpos”, la cual evolucionó con el tiempo y, tras meses de aprendizaje y práctica entre nosotras, sentimos que estábamos listas para trabajar con pacientes. Abrimos consulta y encontramos como darle un valor económico a la terapia.
La voz se corrió entre familiares y amigos, y empezaron a llegar personas, en su mayoría mujeres. El trabajo era novedoso, nos apasionaba, y la información que surgía era profunda.
En 2013 llegó una paciente con quién la conexión fue tan fuerte que sentimos que ella debía ser parte del grupo. Así se unió Sandra, y pasamos a ser cinco. Aprendimos mucho juntas y seguimos disfrutando las sesiones. Ese mismo año, Diana se fue al exterior, aunque continuó trabajando a distancia, comprometida con el grupo.
Más tarde, tuvimos la misma sensación con Giovanni, quien aportó una energía masculina que llevó las terapias a un nivel más complejo. Sin embargo, el trabajo en grupo se volvió más exigente y surgieron tensiones. Hasta que unos meses después, él y Diana deciden seguir otro camino y seguir con sus propios procesos, sin estar en grupo. Fue corto pero interesante.
Con Sandra, Lirca, Alexandra y Gina, el trabajo se estabilizó. Dejamos nuestros empleos para dedicarnos plenamente a ser terapeutas. Estudiamos nuevas técnicas, como MTCH (medicina tradicional China), Ayurveda y movimiento corporal, y fortalecimos el método. La agenda se mantenía llena y los resultados eran positivos. INFINIDAD se convirtió en nuestra razón de ser y se consolidó oficialmente en julio de 2014.
Juntas éramos imparables, hasta que en octubre de 2017 Sandra se retiró. Aunque fue un golpe fuerte, lo asumimos como la oportunidad de afirmarnos como trío: una triada. Desde entonces, INFINIDAD se sintió más como un estilo de vida que como un trabajo.
Como estructura funcionamos bien: sabíamos cuándo actualizarnos y estábamos en constante observación de nuestros procesos personales. Cuidamos la preparación y el cierre de cada terapia, manteniendo el canal limpio y el ego controlado. Así aseguramos que la información recibida fuera clara y neutral.
Las terapias eran profundas y confrontadoras, pero siempre nos aseguramos de que los pacientes comprendieran lo recibido. Sin embargo, en la convivencia entre nosotras, no todo era armonía: hubo caos, conflictos, así como también momentos de esperanza y amor que nos mantuvieron unidas.
Aun así, poco a poco el disfrute se transformó en obligación. El trabajo dejó de fluir con alegría y se convirtió en carga. Reconocimos que había dolor y percepciones erradas que no trascendieron, lo cual fracturó la relación. Nuestras niñas interiores ya no estaban en coherencia. Así que en junio de 2023 dijimos adiós oficialmente a INFINIDAD.
Un antes y un después




Tras la despedida, enfrentamos incertidumbre y crisis sobre qué hacer a continuación. En ese proceso, decidimos darnos la oportunidad de continuar Alexandra y Gina, pero de una forma más expansiva, pensando en lo colectivo y lo educativo.
Así nació la Fundación Afinando tu Conexión, junto con dos pacientes que nos apoyaron en la creación de un curso con proyección virtual. Con el tiempo se sumaron más personas que creyeron en el proyecto. Poco a poco hemos ido haciendolo realidad, dándole cuerpo y forma. No ha sido fácil, incluso sentimos que perdimos el rumbo en ciertos momentos, pero nunca la fé.
Hoy sabemos que para crear un proyecto se necesita paciencia, confianza y persistencia. La experiencia de INFINIDAD nos dió la sabiduría para no repetir los mismos errores y construir desde el amor propio, no desde el conflicto.
Ahora seguimos creciendo con una mirada renovada, tenemos un canal más afinado, y con la certeza de que nuestro propósito es construir consciencia y educación.
El renacer
Hacer consciencia y vivir en amor propio no es un proceso fácil. La teoría es una cosa pero aplicarla es otra, es un reto. No importa cuanto tarde porque cuando te sueltas y confías en ti, todo cambia: tu propósito vuelve a tener sentido y descubres que vivir en amor propio es lo mejor que te puede pasar. A nosotras nos pasó, y por eso lo compartimos. No sabríamos qué sería de nuestras vidas sin esta conexión. Todo lo vivido fue necesario y perfecto; no podía haber sido diferente.
Hoy nos sentimos felices de confiar, de sanar y de soltar. Estamos listas para lo que se viene. Y si alguna vez toca volver a soltar, también lo haremos, sabiendo que será lo perfecto. Tenemos fé, confianza, conexión y amor propio.
Alexandra y Gina
Gracias por leernos. Si has llegado hasta aquí es por que hay interés, así que nos gustaría que nos acompañes, porque este camino no se recorre en soledad. Se parte de nuestro colectivo, crece, ama y evoluciona junto a nuestra Fundación Afinando tu Conexión, como lo hemos hecho nosotras. Este es un proyecto hecho con mucho amor y consciencia para todos.
Con cariño